El día 28, sábado, del pasado mes de octubre, realizamos el descenso de un tramo del río Segura a través del Cañón de Almádenes y posteriormente visitamos la Cueva del Puerto un grupo de socios. Continuamos con esta segunda actividad, las programadas para el nuevo curso, 2017/18. Os contamos:
El descenso fue una pasada. Casi dos horas recorriendo el río en una zona que, al estar protegida, conserva la vegetación autóctona en las márgenes, así como gran parte de su fauna original también. Vimos tortugas, garzas, patos salvajes… Nos almorzamos unas granadas silvestres, entre otras cosas… Peques y mayores tuvimos la oportunidad de aprender a manejar los remos. También como entrar y salir de una barca neumática para varias personas, de modo que evitemos el peligro de un vuelco inesperado. Y paramos a ver un abrigo a orillas del río, plagado de arte rupestre que el monitor nos estuvo muy amablemente explicando…
Después dimos un paseo. Comimos por allí, de campo y bocata, mientras observábamos la impresionante caída de agua de una presa cercana y nuestros chicos exploraban la zona, inventaban… Con breve sobremesa esta vez, puesto que a las cuatro teníamos la visita a la Cueva.
De la Cueva del Puerto, pues qué decir. Chulísima. Casi una hora de recorrido guiado por diferentes tipos de formaciones, a lo largo del cual los peques pudieron aprender y lucirse con sus, por lo general, más que interesantes preguntas y… alguna que otra respuesta incluso, ya sabéis. Tal como nos tienen acostumbrados.
Total: otro buen día, en buena compañía. Pocas ganas de acabar y marcharnos, la verdad. ¡Casi las siete de la tarde nos dieron entre unas cosas y otras! Los adultos conversando, a gusto… Viendo a los niños bien sintonizados, felices…, jugando a esto y a aquello, después de saciarse de cultura… Cafés, helados…
Siempre nos pasa igual. Y siempre nos sorprende.
Bueno, lo vamos asimilando poco a poco.