El sábado 25 de noviembre, realizamos un encuentro con «la asociación amiga de juegos de mesa, El Duende» un grupo de socios. También algunos pre-socios invitados a conocer nuestro quehacer. No dejamos de crecer y que dure. Continuamos con esta cuarta actividad, las programadas para este curso, 2017/18. Os contamos:
En esta ocasión, actividad de tarde.
Hace un par de meses nos pusimos en contacto con la nombrada asociación, cuyo centro de interés es tan común con el de muchos de nuestros niños y niñas. Su sede radica en la pedanía de Murcia El palmar y encontramos desde el primer momento una atención exquisita por su parte. Les expresamos nuestra petición de que nos asesorasen respecto a juegos algún día e inmediatamente se prestaron a monitorear a los peques a lo largo de una tarde de juego. Y… dijimos que sí, obviamente.
Así que, en torno a las 17 horas del sábado susodicho, allí que nos plantamos las suficientes familias para juntar ¡más de 20 muchachitos y muchachitas! en su sede en el Espacio Joven. Que, por cierto, ¡vaya centro chulo, chulo, de los que harían falta más en la región! Inmediatamente se han hecho cargo los voluntarios de El Duende de la situación. Y a los diez minutos de llegar estaban todas y todos jugando a no sé cuántos juegos distintos, repartidos en varios grupos y mesas…
Todos los papis de brazos cruzados y ojos y bocas abiertas. Sobre todo, los más nuevos. Pero no solo, no solo. ¡Jolines, que no hay forma de que dejemos de sorprendernos! Y eso que pasa siempre igual. ¿Será porque el día a día de nuestros hijos e hijas, por desgracia no es… “tan así”?
El caso es que, sin más que hacer allí, pues todos los padres y madres nos fuimos a una cafetería cercana a charlar, contarnos las alegrías y las penas, compartir ideas y anhelos, ponernos unos al día, comenzar a conocernos otros, resolver algunas dudas, plantear dudas nuevas… Y tomar algo al gusto, por supuesto. Aparte de comprar meriendillas para los jugadores.
Total: una buena tarde más, en buena compañía. Pocas ganas de acabar y marcharnos, la verdad. Nos dieron casi las nueve entre unas y otras cosas. Los mayores más relajados, descansando en el reflejo de los demás. Los pequeños… más relajados, descansando en el reflejo de los demás. Agradecidísimos a El Duende.
Poco más que decir. Que no es poco.
Bueno, sí. Que aún nos quedan las piscinas de Archena, la visita al Museo Nacional de Arqueología Subacuática en Cartagena, el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, convivencia en el precioso paraje de las Fuentes del Marqués en Caravaca, etc., etc., etc.
Deseando.